El comunicador es la niñera

Continuando con esta suerte de diálogo que entablamos con quienes leen nuestros artículos hemos notado que es indispensable que se entienda al comunicador como una niñera.

El concepto de niñera puede que suene peyorativo para el profesional, pero nada más errado. La idea que subyace es que hay que estar dispuesto para que, si todo sale bien, un día el proyecto por el cual fue contratado camine solo y esa niñera busque una nueva familia.

El más querido de la familia

¡No puede ser!, ¡No creo que sea así! Podrá estar tentado de decir usted y cada opinión es válida (de hecho, siempre esperamos recibir sus puntos de vistas) pero créannos que así sucede muchas veces. El profesional, como la niñera, puede ser muy querido por todos, pero….

La relación con el proyecto puede durar un instante como puede ser por unas vacaciones de los padres o, por el contrario, ser de larga duración si desean que la niñera acompañe a la criatura durante toda su niñez y juventud, pero hay que tener la mente fría para comprenderlo y saber soltar (antes que lo suelten a uno).

Nuevos roles, nuevos desafíos

Esto, de ninguna manera, significa que haga mal su trabajo porque “como total el niño crecerá y la niñera no hará falta”. Todo lo contrario, nos gusta pensar que ese gran trabajo puede generarle un nuevo rol en la familia una vez el niño camine, corra y salte solo o la recomendación que necesita para seguir cumpliendo su rol de comunicador niñera en otro proyecto.

Pensar a la comunicación y a los profesionales implica entender que todos los días hay algo nuevo por descubrir en este oficio desafiante. Por tal motivo el mejor consejo es que recuerde que “la mente es como un paracaídas y solo funciona si se abre”.

¿Se sintió imprescindible alguna vez en un trabajo?